Lucas Carrasco-. Macri intervino el Partido Justicialista a través de la siempre servil Servini de Cubría. Es mucho, ¿no?
Borracho de poder, es probable que Macri se haya ido, esta vez, a la mierda. Y como en otras ocasiones, tenga que retroceder. El problema es cómo hacerlo sin calcular las víctimas, sin un control de daños, que le garantice no quedar (más) pegado al último papelón de los fiscales morales de la república, que siempre terminan mostrando la hilacha.